La dermatitis es una enfermedad crónica de la piel que puede ser provocado por factores genéticos o ambientales. Se manifiesta a través de irritación, piel seca y erupciones en la piel a causa de la fricción provocada por la picazón en la dermis. Estas heridas cutaneas reciben el nombre de eczemas, las cuales dejan la piel vulnerable a infecciones. Esta enfermedad se da también en bebes y niños, provocando heridas en la piel producto de tanto rascarse. Existen diversos tratamientos para controlarla, siendo los más comunes el uso de corticoides, antihistamínicos y fototerapia; entre otros.
La intervención
Cuando hablamos de dermatitis podemos distinguir tres tipos principalmente: Dermatitis atópica, por contacto o alérgica y la dermatitis seborreica. Dependiendo del tipo de dermatitis que tenga el paciente, el médico podrá recomendar alguno de los siguientes tratamientos: Tratamiento tópico. El tratamiento tópico es el más empleado para la dermatitis. Consiste en la aplicación de cremas humectantes para mejorar la apariencia e hidratación de la piel. También se suelen recetar corticoides de uso tópico y, si el médico así lo determina, inmunomoduladores sistémicos tópicos. En los casos en los que hay infección bacteriana, se prescribe el uso de antivirales y antibióticos en crema para el tratamiento. En aquellos casos en los que se trata de dermatitis seborreica, el dermatólogo aconsejará el empleo de champús con ácido salicílico, alquitrán de hulla, zinc, resorcina, ketoconazol, ciclopirox, sulfacetamida de sodio o corticosteroides o sulfuro de selenio. También podrá recetar cremas con inmunomoduladores. El médico recomendará la toma de antihistamínicos para reducir el picor del prurito y de las rojeces. Si el brote es importante, recetará la toma de corticoides para facilitar la recuperación del paciente. También podrá recomendar la ingesta de antibióticos si hay infección bacteriana. Por último, podrá aconsejar inmunomoduladores sistémicos para modificar la reacción inmunológica que se esconde detrás de algunos casos de dermatitis, como la dermatitis atópica.
La intervención
Cuando hablamos de dermatitis podemos distinguir tres tipos principalmente: Dermatitis atópica, por contacto o alérgica y la dermatitis seborreica. Dependiendo del tipo de dermatitis que tenga el paciente, el médico podrá recomendar alguno de los siguientes tratamientos: Tratamiento tópico. El tratamiento tópico es el más empleado para la dermatitis. Consiste en la aplicación de cremas humectantes para mejorar la apariencia e hidratación de la piel. También se suelen recetar corticoides de uso tópico y, si el médico así lo determina, inmunomoduladores sistémicos tópicos. En los casos en los que hay infección bacteriana, se prescribe el uso de antivirales y antibióticos en crema para el tratamiento. En aquellos casos en los que se trata de dermatitis seborreica, el dermatólogo aconsejará el empleo de champús con ácido salicílico, alquitrán de hulla, zinc, resorcina, ketoconazol, ciclopirox, sulfacetamida de sodio o corticosteroides o sulfuro de selenio. También podrá recetar cremas con inmunomoduladores. El médico recomendará la toma de antihistamínicos para reducir el picor del prurito y de las rojeces. Si el brote es importante, recetará la toma de corticoides para facilitar la recuperación del paciente. También podrá recomendar la ingesta de antibióticos si hay infección bacteriana. Por último, podrá aconsejar inmunomoduladores sistémicos para modificar la reacción inmunológica que se esconde detrás de algunos casos de dermatitis, como la dermatitis atópica.
Cuidados después de la intervención
El dermatólogo recomendará que el paciente extreme su higiene corporal. Asimismo, le recomendará baños con jabones de pH neutro, seguir el tratamiento recetado, disminuir el estrés y las situaciones de nerviosismo o cansancio, no usar lociones que contengan alcohol, evitar el contacto con objetos cuya composición sea susceptible de causar dermatitis de contacto o alérgica y seguir una dieta sana y equilibrada.
Contraindicaciones
Cada tratamiento presenta unas contraindicaciones específicas. El médico valorará su prescripción en función de cada paciente. En líneas generales, la mayoría de ellos está contraindicado en mujeres embarazadas o que estén dando el pecho.